Si del día tuviera que elegir
la esencia primera,
la chispa que activa
los motores poderosos del mundo,
si tuviera que buscar
la conmoción del aire
en el primer llanto
del recién nacido,
si me encargaran atrapar
el quiebro de la madrugada
cuando el sol cabecea
los pies del cielo,
si fuera necesario encontrar
los manotazos invisibles
que provocan y nos traen
los vientos y las olas,
si me pidiérais descubrir
el rincón lúbrico
del que parten los jadeos
de los amantes amándose,
si fuera necesario señalar
al espíritu sin nombre
que besa la boca
y cierra la vida a los moribundos,
si pudiera escribir
el libro duro de la sabiduría,
hablar con vuestros dioses,
salvaros de vuestras bestias,
convertir mi sonrisa en tiempo y trigo,
porque os amo y porque soy poeta,
lo haría, hermanos míos.