Anochece en mi juventud
pero no en mi deseo
y quiero todavía besarte
aunque bronce frío
o ceniza en los labios,
caminos oscuros,
ríos sucios, soles tristes.
Se agota mi cuaderno
pero no mis poemas
y sigo todavía escribiéndote
aunque kilómetros y peajes
o febreros larguísimos,
viento racheado,
ojeras grandes, tarde sola.
Aunque tanto aunque,
tengo todavías, luegos, siempres
y sigo y quiero
escribirte y besarte.