Hoy estreno el día de las letras
flamencas. Versos llenos de vida, llenos de historias donde los sentimientos
fluyen desde lo más profundo del alma. Os dejo con el poema de Miguel Hernández para dar una introducción a esta primera letra con la que comenzamos hoy.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Querido Miguel, te vio un soldado,
era 1938 y España estaba en plena Guerra Civil, tú también eras otro soldado
sin nombre que miraba ausente a las olas desde tu descanso en un sanatorio para
combatientes. Habías escrito en la arena tres nombres. Concha, Josefina y
Miguel. El otro te preguntó que quiénes eran y contestaste que tu madre, tu
mujer y tu hijo. Tres amores para ti, que fuiste un hombre atormentado de un
amor por todo. El amor, una de tus heridas, las otras… la herida que te hizo la
vida, a la que siempre miraste con los ojos deslumbrados de un chiquillo, y la
última, tu último trago, la herida de la muerte, ante la que tampoco cerraste
los ojos.
Ahora os dejo la letra que hace referencia al texto anterior.
Petenera
Te echamos de menos
En la arena tú escribiste
con tus manos tres heridas
y las olas las borraron,
qué triste pasó tu vida.
Tus poemas nos dejaron
en el alma tres heridas.
Paz y panes para todos
tú siempre los reclamaste,
tu vida fue toda lucha
por la libertad del hombre.
Quisiera volverte a ver
y que me hablaras de todo
porque te echamos de menos,
Miguelito de mi alma,
porque te echamos de menos
cuéntame tus alegrías
y así me darás consuelo.
Ahora os dejo la letra que hace referencia al texto anterior.
Petenera
Te echamos de menos
En la arena tú escribiste
con tus manos tres heridas
y las olas las borraron,
qué triste pasó tu vida.
Tus poemas nos dejaron
en el alma tres heridas.
Paz y panes para todos
tú siempre los reclamaste,
tu vida fue toda lucha
por la libertad del hombre.
Quisiera volverte a ver
y que me hablaras de todo
porque te echamos de menos,
Miguelito de mi alma,
porque te echamos de menos
cuéntame tus alegrías
y así me darás consuelo.