25/6/12

De Logroño a Sevilla a través de la voz

Algo estaré haciendo bien...

La Fundación Cristina Heeren le está esperando. En sus aulas han sonado las voces de Rocío Márquez, María Toledo y el Niño de Elche, así como la guitarra de Eduardo Rebollar. A partir del 1 de julio, la del cantaor riojano Íñigo Ruiz estará en esas clases de Sevilla por las que han pasado grandes figuras del flamenco.

Este logroñés ha conseguido una beca para participar en el curso intensivo de verano de cante flamenco de esta importante escuela. Lleva formándose en este arte desde que tenía veinte años, ahora tiene treinta y dos.  Le llegó la pasión por esta música porque a su padre “le encantaba” y cuando estudiaba en Inglaterra su hermano Gaztea le escribía y enviaba letras flamencas relacionadas con el enfrentamiento español del 36 al 39. Después escogió este tema como proyecto fin de carrera de Diseño Gráfico en Coventry y surgió el libro disco ‘Pequeñas y grandes historias de la guerra Civil desde el sentir flamenco’. Su máximo interés es ahora “seguir aprendiendo”.
 “Varios artistas me habían hablado de la fundación. Es una oportunidad para adquirir unos conocimientos reglados y tender puentes entre Sevilla y Logroño”, asegura. “En Sevilla sales a la calle y se respira el cante, vas diseccionándolo, aprendiendo”. Iñigo lo sabe por su experiencia cuando trabajaba en su segundo libro disco ‘Expediente 21.001. Las tres heridas del poeta Miguel Hernández’ .  El mundo del cante es un mundo reducido, minoritario, así lo cree el joven según su experiencia. “Es complicado de aprender, hay que escuchar mucho, conocer los palos, los ritmos”, aconseja. “Supongo que eso asusta, pero yo sigo aprendiendo”. “Es un mundo exigente y justo. Hay pocos cantaores reconocidos que no valen nada. El marketing no puede hacer nada por un profesional del flamenco si no tiene nada que ofrecer” (lo dice este ejecutivo que trabaja en la agencia de publicidad Nueva Imagen, en Logroño).

En unos días tendrá por delante un mes de teoría del flamenco, técnica vocal, afinación… Reflexiona y asegura que asistirá con la mentalidad abierta y siempre con la humildad por delante, porque sabe que va a ser “una experiencia dura”. “No me voy de vacaciones”, afirma, lo que quiere es enriquecer su arte. Considera que el nivel de La Rioja en flamenco es medio, con buenos profesionales, pero no hay que engañarse: “Mis oportunidades, si no aprovecho estas iniciativas, son mucho más limitadas”, asegura.

Exigente, perfeccionista, cree que el peor enemigo, a la hora de superarse, “es uno mismo”. Él es su crítico más duro, se transforma cuando sale al escenario . “Cantando flamenco no se puede mentir”. Ante quien te escucha estás “desnudo, con una guitarra, y una letra que es verdad”.


Esto es lo que mueve el corazón de Ruiz al ritmo del flamenco, la “comunión entre la música y la letra”. Su ejemplo favorito de esta creencia, la que hacía Tomás Pavón por soleá:
Acuérdate cuando entonces
Bajabas descalcita a abrirme
Y ahora no me conoces…

Cuando vuelva de Sevilla seguirá con sus conciertos, con la organización del tercer ciclo de Flamenknet y se traerá deberes que continúen marcándole el camino para que su aportación al flamenco sea “cada vez mejor”.


http://blogs.larioja.com/genteriojana/2012/06/24/de-logrono-a-sevilla-a-traves-de-la-voz/