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Llegada del Sinaia a Veracruz (Méjico). |
Ocurrió
en el Atlántico, ese ancho pasillo por el que navegaban muchos sueños y
bastantes fracasos. El vapor Sinaia cruzaba este océano de valientes a
principios de junio de 1939 rumbo a México, cargado de exilio español.
Así
llegó al puerto de Veracruz la primera expedición de republicanos que, acogidos
por el presidente Lázaro Cárdenas, llegaron a sumar unos 30.000 tras 17 viajes.
Muchos eran
intelectuales y su acogida supuso un gran impulso cultural para Méjico.
En
aquel primer crucero, en el Sinaia, había algo más que intelectuales.
Fue el
caso de un campesino andaluz que puso al mal tiempo buena cara. En el saco de
la tristeza lleva muchos bultos: dos de sus hermanos habían muerto en el frente
y también había muerto su madre, consumida por la pena.
Él se creció
y, en alpargatas y camino del exilio, dijo (tal y como quedó registrado en el
diario de a bordo):
- ¡A mí que me den un azadón! Lo demás corre por mi cuenta.
COLOMBIANA DEL CAMPESINO EXILIADO
Mañana veremos México
no llores más compañera,
en volver a sonreír
tú vas a ser la primera,
tira tus penas al agua
que las coja quien las quiera.
Dejadme un trozo de tierra
y pa´ la mano un azadón
que de buscar sol y lluvia
ya me iré ocupando yo,
no va a pedir más limosna
un campesino español.