De una casa de hombres buenos,
vengo de una tierra clara
para traerte consuelo.
Dame tu mano, mujer,
con un sí seremos dos
y deja ayer lo de ayer.
Voy a lavarte la cara,
abre todas las ventanas
que está despuntando el alba.
La luz quiere ver tu boca,
lo que yo quiero es tu risa
y nunca dejarte sola.